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Sobre la pobreza y la bondad…

Es habitual escuchar la expresión de que “los pobres son más buenos y generosos que los ricos” lo cual genera mucha controversia además de suspicacias entre los dos bandos.
Yo soy de la opinión personal de que no es cierto pero entiendo de donde viene este razonamiento y además lo comparto y explico por qué.
No se trata de que las personas con gran poder adquisitivo sean malas y las otras buenas. No. Y tampoco se trata de que el dinero corrompa. En absoluto. Pero lo que sí hace es distraer. Y ahí está el quid de la cuestión.
Bajo mi punto de vista sí creo que una persona pobre tiene más posibilidades de ser bondadosa que una rica por una sencilla razón; la soledad.
La soledad es fundamental para conectar con la bondad del ser humano y eso es algo que falta cuando el dinero abunda.
Cuando una persona se enfrenta a la pérdida de bienes materiales comienza a perderlo todo. No sólo su economía desaparece sino que también lo hacen los compañeros, los amigos e incluso la familia. Es entonces cuando aparece la soledad.
Esa conexión con la soledad te da la oportunidad de conectar contigo mismo y crecer desde dentro. Sólo así puede aparecer el Amor y, como respuesta a éste, la Bondad.
Eso también puede suceder cuando el dinero abunda pero seamos realistas, es más complicado por la cantidad de distracciones a las que se debe hacer frente.
Cabe decir que evidentemente, no hace falta pasar por la pobreza para crecer como personas y conectar con el Amor en su grado más supremo y, por ende, con la bondad.
Por supuesto que esta generalidad está llevada al extremo y lo que no quiero es entrar en polémica ya que, tanto en un caso como en otro, lo importante es pasar tiempo a solas para conectar con uno mismo.
Por eso aclaro que, al igual que una persona pudiente se encuentra con sus distracciones e impedimentos para acceder a esa conexión interna con su ser, la pobreza te pone retos tales como cubrir las necesidades primarias para dedicarte a otras dimensiones más profundas del ser humano.
Por eso podríamos pensar que están en igualdad de condiciones y que ninguno es más favorable que el otro para tal cometido. Sin embargo, y siempre bajo mi punto de vista, la pobreza viene acompañada implícitamente de una característica fundamental que no te da la riqueza y que ya la he comentado anteriormente, la pérdida y, por consiguiente, la soledad.
Cualquiera podría pensar que en una situación de pobreza se debe hacer frente a un millón de cosas más ya que los problemas son mayores.
En ese sentido tienes toda la razón pero la pobreza te conecta con la pérdida, ésta con la soledad y, a través de ella, con el vacío.
Y cuando uno está vacío desaparece el miedo a perder porque ya se ha perdido todo y lo que queda es una entrega total a la vida.
Las estructuras mentales, el ego, se derrumban y cuando esto sucede sólo queda lo que realmente eres, el Ser…
Y entonces, la conexión contigo mismo ya está hecha.
En el caso de las personas ricas (y me refiero con ello a “ricas en posesiones materiales”) ocurre lo contrario, comienzan a llenarse de todo lo quieran o no, les llueven amigos por todas partes, compromisos, eventos de todo tipo, disfrutan de ciertos lujos que enmascaran la realidad y, éstas y otras situaciones hacen que esas estructuras mentales crezcan mientras se van adormeciendo poco a poco hasta desconectarse de ellos mismos.
Cuando esto sucede es más difícil acceder al Ser Interno de cada uno y, en consecuencia, a un sentimiento tan auténtico y esencial como la bondad y la compasión que es el Amor en su estado más supremo.
Por lo tanto, el verdadero problema no es la falta de humanidad, ni siquiera es la falta de estos grandes sentimientos que afloran de ella. El verdadero problema es la falta de conexión necesaria para abrirle la puerta a estos sentimientos.
Por poner un ejemplo fácilmente comprensible para todos sería como tener una gran fortuna metida en una caja fuerte totalmente blindada pero para acceder a ella necesitas una contraseña que has olvidado.
Pues bien, la fortuna es tu humanidad y lo que conlleva y la contraseña que necesitas es pasar tiempo a solas contigo mismo.
Por supuesto entiéndase que esta soledad no es estar sólo viendo películas, jugando a videojuegos, perdiendo el tiempo en redes, etc.
No. Esa es una falsa soledad o, lo que es lo mismo, una compañía encubierta.
Estar solo es adentrarte en ti mismo, poder estar en silencio escuchando tu ruido interior, desconectar del exterior para conectar con lo que llevas dentro. Estar solo es sentirte en tu propia compañía y experimentar que toda la existencia te acompaña. Estar solo es poder no hacer nada sin sentirte culpable o sentir que pierdes el tiempo. Estar solo es conocerte, cuidarte y mimarte sin ninguna intención, sólo por el simple placer de estar contigo, con tu amor, con tu bondad y con tu generosidad.
Porque para ser generoso lo primero que has de hacer es aprender a regalarte tiempo de calidad para ti mismo.
Y si para eso necesitas ayuda, te espero dentro, en ConZENtrO ¡tu centro online!
Porque recuerda, ¡si estás ConZENtrO, estás contigo! (y por supuesto, conmigo).

Te abrazo… 🌱🙏🌺
Silvia.

 

 

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11/12/2021

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